La Dra. Valentina Rojas siempre sintió que la ciencia era su forma de servir al mundo.
Graduada en medicina en Caracas, completó un doctorado en neurociencia en España y dedicó más de una década a investigar nuevas terapias para pacientes con Alzheimer y trastornos cognitivos.
Su trabajo fue publicado en prestigiosas revistas científicas, y sus descubrimientos sobre estimulación cerebral no invasiva comenzaron a ser citados por investigadores en Estados Unidos, Alemania y España.
“Nunca busqué reconocimiento,” decía, “solo quise mejorar la calidad de vida de los pacientes.”
Pero el reconocimiento llegó por sí solo.
El descubrimiento de la categoría EB-1A
En 2024, Valentina recibió una invitación para participar como conferencista en un simposio de neurología en Chicago.
Durante su visita, un colega estadounidense le mencionó que, dada la magnitud de su trayectoria, podría calificar para la residencia permanente en los Estados Unidos. bajo la categoría EB-1A – Extraordinary Ability, sin necesidad de un patrocinador.
Intrigada, comenzó a investigar.
Aprendió que el EB-1A estaba reservado para personas que se encuentran en el más alto nivel de su campo, y que podía auto-peticionarse si demostraba que su trabajo tenía impacto nacional o internacional.
Evaluando su elegibilidad
Al revisar los criterios de USCIS, la Dra. Rojas comprobó que cumplía con más de cinco:
• Había recibido premios internacionales de investigación.
• Era miembro de asociaciones científicas exclusivas que exigían logros comprobados.
• Había sido autora de más de 15 publicaciones revisadas por pares.
• Fue revisora de artículos científicos en revistas de neurociencia.
• Su trabajo había sido mencionado en medios académicos y de salud internacionales.
“Cada evidencia contaba una historia. No solo se trataba de títulos, sino del impacto de lo que había hecho.”
La preparación de su caso
Durante varios meses, Valentina organizó cuidadosamente su documentación:
• Premios y reconocimientos obtenidos.
• Publicaciones y citaciones académicas.
• Cartas de expertos en Estados Unidos y Europa que confirmaban su liderazgo en el campo.
• Evidencia de su papel como revisora y mentora en investigaciones internacionales.
Todo se presentó de forma estratégica a USCIS mediante el Form I-140, resaltando su influencia científica y su contribución al avance médico global.
La aprobación y el paso definitivo
Tres meses después, llegó el correo electrónico más esperado de su vida:
“Your I-140 Petition for Alien of Extraordinary Ability has been approved.”
Valentina solicitó el ajuste de estatus (Form I-485) y, meses después, recibió su Green Card.
“Ese momento fue indescriptible,” recuerda. “No fue solo un documento; fue la validación de una vida dedicada a la ciencia.”
Un nuevo comienzo en Estados Unidos
Hoy, la Dra. Rojas dirige un laboratorio de neurociencia aplicada en Indianápolis, colaborando con universidades y hospitales locales en proyectos de investigación sobre deterioro cognitivo.
Su equipo ha recibido fondos federales y ha formado a nuevos investigadores latinoamericanos.
“El EB-1A me permitió seguir investigando sin límites. Me dio la libertad de crear, de innovar y de contribuir directamente al progreso científico de este país.”
Reflexión final
La historia de la Dra. Rojas refleja el espíritu del EB-1A: reconocer a las personas cuyo talento y dedicación han alcanzado un nivel extraordinario, y cuyo trabajo impulsa el desarrollo científico, artístico o empresarial de los Estados Unidos.
En nuestra firma, ayudamos a profesionales, científicos, artistas y empresarios con logros sobresalientes a estructurar peticiones EB-1A estratégicas, destacando la calidad y el impacto real de su trayectoria.
Nota: Esta historia tiene fines ilustrativos y su propósito es explicar, de manera general, cómo podría desarrollarse el proceso para obtener la residencia permanente en los Estados Unidos. No constituye asesoría legal ni reemplaza la orientación de un abogado calificado.